Tenga en cuenta: este es solo el objetivo de esta dieta, no necesariamente su resultado. Los resultados varían de una persona a otra. Consulte a su médico o dietista antes de comenzar esta (o cualquier otra) dieta.
La dieta de provocación también se llama dieta de provocación alimentaria. Algunas dietas se refieren a ella como la 'fase de reintroducción'. Una dieta de provocación suele realizarse después de una dieta de eliminación.
Puedes comparar la dieta de provocación con otras dietas en la página de inicio.
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No comiences una dieta de provocación sin más. Consulta primero con un médico o dietista.
Una dieta de provocación se utiliza a menudo cuando los síntomas indican una posible alergia alimentaria. Esta dieta se considera un método importante para diagnosticar una alergia de este tipo.
La idea de una dieta de provocación es consumir un producto sospechoso en cantidades crecientes para ver si provoca una reacción.
Una dieta de provocación puede realizarse por sí sola, pero suele hacerse en combinación con una dieta de eliminación. En una dieta de eliminación se eliminan uno o más productos de la alimentación durante al menos 2 semanas. El objetivo es averiguar si los síntomas desaparecen al dejar de consumir estos productos.
Si la dieta de eliminación ha reducido o eliminado completamente los síntomas, se puede optar por una dieta de provocación para comprobar si uno de los productos es efectivamente la causa de las molestias.
Se consume el producto sospechoso en cantidades cada vez mayores. Se empieza, por ejemplo, poniendo una pequeña cantidad del producto en el interior del labio. Si no hay reacción en media hora, se puede comer o beber una pequeña cantidad.
El segundo día se puede probar un cuarto de porción, el tercer día media porción y el cuarto día una porción completa.
Al realizar la prueba de provocación, lo habitual es probar un máximo de un producto a la vez. Puedes registrar tus resultados en un diario alimentario, anotando cuánto has consumido, cuándo, si hubo reacción y qué medidas se tomaron. En caso de reacción, se debe interrumpir la prueba.
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La prueba de provocación puede realizarse de forma abierta o ciega, y puede hacerse en casa o en el hospital. El profesional tratante (por ejemplo un médico o dietista) decide cómo se realizará la prueba.
En una prueba de provocación ciega no sabes qué producto se va a probar. Esto se hace para evitar que, por ejemplo, el miedo a una reacción influya en los resultados.
En una prueba de provocación abierta tanto tú como el profesional que te acompaña saben qué producto se está probando.
Es posible que tu reacción (alérgica) esté causada (en parte) por el efecto placebo. Puedes pensar, por ejemplo, que un determinado producto causa tus síntomas y al consumirlo efectivamente aparecen, aunque no sea el verdadero causante. Esto puede comprobarse con una prueba de provocación controlada con placebo.
En una prueba de provocación controlada con placebo, se preparan dos comidas (por ejemplo, dos panqueques), y solo una de ellas contiene el producto sospechoso. Las comidas se elaboran de manera que no se note la diferencia.
Para evitar que el médico (u otro profesional) revele accidentalmente qué comida contiene el producto, puede decidir no saberlo. Esto se llama prueba de provocación doble ciego. La comida es preparada por alguien que no participa en la prueba. Después de la prueba se revela qué comida contenía el producto.
Si se identifica un producto que provoca una reacción, se puede seguir investigando si la preparación, el condimento o la forma de elaboración del producto influye. Esto ayuda a comprender mejor si puedes o no consumir el producto en determinadas circunstancias.
Consulta a tu médico o dietista antes de comenzar esta (o cualquier otra) dieta. No comiences una dieta de provocación sin supervisión. Podría ser peligrosa, por ejemplo si se produce una reacción alérgica.
No existen (todavía) libros exclusivamente sobre la dieta de provocación, pero sí hay varios libros escritos sobre la dieta de eliminación, como 'Elimination Diet' y 'The Elimination Diet'.
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La dieta de provocación no se compara directamente con otras dietas, pero ha sido incorporada en muchas otras, como la dieta GAPS, la dieta AIP y la dieta RED.
Muévete a tu propia discreción
Con la ayuda profesional de un dietista le resultará más fácil alcanzar sus objetivos. Póngase en contacto con un dietista de su zona o hable con un médico antes de empezar cualquier dieta.
Tenga en cuenta que la mayoría de las dietas no tienen base científica.
Consulte a su médico o dietista antes de empezar una dieta, sobre todo si padece alguna enfermedad crónica como diabetes, enfermedades cardiovasculares, pulmonares o renales.
Si crees que podrías tener un trastorno alimentario (como anorexia o bulimia), es importante que busques ayuda profesional. Contacta con tu médico de cabecera o busca ayuda en otro lugar. Aquí encontrarás una lista de varios sitios web que ofrecen ayuda en línea. Estos sitios también ofrecen información para quienes conocen a alguien con un trastorno alimentario.